EL PERFUME.
El perfume de la rosa fina
en cuyo capullito, mi lengua
diamante la perla de tu vagina
que daba toque de trasparente agua.
Tu pechera limosna mendigando
a la orilla de mis blancos dientes,
pedía sinceramente jugando
que yo lo atarazara. Está quemando
con más brasa que la llama en lumbre.
Y aparentaban las vidas divinas
Explosiones en algunas de ellas.
Alcanzándote tú la más bella cumbre
No alcanzada jamás por vaginas
celestiales, ni por ningunas estrellas.
Antonio Peral Romero.
Cachito. 26-5-2009.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario