Aquella princesa preciosa que llora
tiene su corazón llenado de bruma.
No llegaba nunca de temprano, a su hora.
Las riñas de su padre se le consuma,
no le hace caso.Sì cuando se enamora...
Escribía el gobernador con su pluma
una carta que el jinete llevaba ahora
a otro país, para un príncipe. La luna
fue su testigo aun, de que un año más tarde
la princesa y el príncipe se casara.
Era una hermosa boda, por primavera
se celebraba, una linda tierna tarde.
Aquel principito, portaba la jarra.
Fue la mejor boda que hubo en la ribera.
Antonio Peral Romero.
"Cachito." 31-1-2009.
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