su amante, el pecho se laceró.
La culpa, la ruina del amor,
que arrebato su ánimo el acero
templado de la espada en dolor
que debió blandir. La hermosa amada
entender quiso, se arrodillo,se
quedo llorando. Aquella es planada
estaba manchada... después
andaba limpiándolo can lágrimas
qué sé hincaban en el duro terreno.
Haciéndose una herida más llagada,
abraza en su rodilla al moreno
que tanto amaba. Ya muerto. Lastima
le daba, de su mala jugada.
Antonio Peral Romero
"CACHITO"-24-2-2012.
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